Atendiendo a la belleza y nobleza de las vestiduras litúrgicas, hay que tener sumo cuidado en que el color de la casulla, vaya de acuerdo al tiempo litúrgico y al acontecimiento de la celebración. El uso de colores de esta vestidura sagrada, tiene como fin expresar con más eficacia, aun exteriormente, las características de los misterios de fe que se celebran y el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo del año litúrgico.
La dalmática es el ornamento exterior propio del diacono, que viste sobre el alba y la estola. Es una túnica con mangas anchas que llega hasta la rodilla, abierta por los costados hasta el hombro.